Por: Camargo Toral Raúl Alejandro.
A pesar de la creencia general, el efecto invernadero es un proceso originalmente no perjudicial, de hecho, es una de las razones por las cuales existe vida en la Tierra.
Sucede cuando la radiación emitida por el sol es retenida por gases que se encuentran en la atmósfera de nuestro planeta, específicamente hablando, se les conoce como Gases de Efecto Invernadero (GEI). Entre ellos se encuentran el vapor de agua (H2O), dióxido de carbono (CO2) y el ozono (O3).
Su curiosa denominación proviene debido a que la atmósfera terrestre hace una labor casi idéntica a la que realizan las carpas de plástico en los huertos de invernaderos.
Entonces, ¿Por qué se convirtió en una situación desfavorable para nosotros? Por nosotros mismos y nuestras actividades, con el aumento de las industrias alrededor del mundo, el uso de combustibles fósiles y la excesiva cría de ganado, entre otras. La realización en grandes cantidades de estas acciones provocaron un aumento en los gases de efecto invernadero en la atmósfera en un lapso muy corto de tiempo, lo que ocasiona un aumento de la temperatura a nivel mundial, la cual sube año con año y podría ocasionar muchos otros problemas en un futuro no muy lejano e incluso incrementar los ya existentes.
En pocas palabras, una gran cantidad de los gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera ocasiona un aumento de temperatura en el mundo, por lo que el cambio climático y el efecto invernadero son fenómenos completamente relacionados.
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